Diferencias entre semillas de cannabis regulares, feminizadas y autoflorecientes

Una vez que estás dispuesto a cultivar cannabis, una de las primeras decisiones que debes tomar es qué semillas vas a utilizar. Una buena semilla contiene los ingredientes esenciales para una planta sana y potente. Y aprender a elegir semillas de marihuana no tiene por qué ser complicado: basta con familiarizarse con cada uno de estos tres tipos (regulares, feminizadas y autoflorecientes) para determinar cuál es la más adecuada para tus circunstancias de cultivo.

Al igual que con todas las angiospermas (o plantas con flores), el cannabis produce semillas que contienen toda la información genética necesaria para el crecimiento y la reproducción. Cuando se planta una semilla, la traducción de este material genético dicta cada característica física única que tendrá la planta madura. Si estos son rasgos deseables, como potencia, olor, vigor, etc., un criador puede seleccionarlos mediante un largo proceso de estabilización genética a través de generaciones, lo que finalmente conduce a la creación de una variedad o cepa específica.

Cuando buscas comprar semillas de marihuana, puede ser abrumador elegir una de estas variedades entre las miles que existen comercialmente en el mercado. Además, el cultivo de cannabis puede ser complicado, especialmente si aún no tienes experiencia. Hay ciclos de luz, humedad, horarios de riego, pesticidas, fechas de cosecha… todo a considerar.

Sin embargo, la decisión posiblemente más importante tiene lugar antes de plantar, con la selección de las semillas adecuadas para tu cultivo. Elegir las semillas equivocadas podría tener resultados desastrosos según los objetivos generales del cultivador. Así que aquí va una breve descripción de los tipos más comunes de semillas de marihuana y cómo usarlas.

¿Qué tipos de semillas de marihuana existen?

Cuando planees comprar semillas de marihuana, notarás que existen tres categorías específicas y principales. Son las semillas regulares, feminizadas (fotoperiódicas) y autoflorecientes. Cada una es diferente en términos de cultivo y rendimiento; y algunas son más populares que otras. Así que veamos qué hace única a cada tipo de semilla.

Semillas regulares

Como explicamos en el anterior post de nuestro blog, ya sabemos que las plantas de cannabis son hembras (productoras de óvulos) o machos (productoras de polen). Cuando compras semillas de cannabis regulares de una variedad, literalmente obtienes una bolsa mixta, con plantas que serán masculinas y femeninas. Y siempre hay un 50 % de posibilidades de que sea una u otra (es imposible garantizar en qué dirección irá la división).

Esto se debe a que las semillas regulares son lo más cercano a la planta de cannabis inalterada que se encuentra en la naturaleza. Dado que la mayoría de las personas cultivan mota para producir cogollos (que se encuentran en las plantas hembra), las plantas macho solo son deseables si estás interesado en recolectar polen, quieres experimentar con la reproducción selectiva o crear nuevas cepas.

Ventajas

• La genética es más pura y son mucho menos propensas al hermafroditismo.
• Puedes producir ambos géneros, lo que permite la creación de nuevas semillas para procesos de crianza.
• Las semillas se pueden utilizar para otros fines, por ejemplo, para la obtención de machos para cultivar fibra textil.

Inconvenientes

• Germinar semillas regulares es una apuesta en cuanto al sexo: no hay garantía de lo que obtendrás.
• Determinar el sexo de las plantas de marihuana es un proceso lento, ya que hay que esperar a que las plantas desarrollen los primordios florales.
• Requieren más recursos, como instalar salas de cultivo separadas para plantas masculinas y femeninas, para evitar la polinización accidental.

Semillas feminizadas

La diferencia clave con las regulares es que las semillas de cannabis feminizadas han sido diseñadas para producir exclusivamente plantas femeninas. Esto es importante para el cultivo, ya que las flores fumables solo las producen las plantas hembra. Una planta macho puede arruinar potencialmente una cosecha si poliniza las plantas hembra cercanas, haciendo que produzcan flores llenas de semillas.

Por eso las semillas feminizadas son tan populares hoy en día, puesto que ahorran tiempo y recursos mientras las plantas crecen en estado vegetativo hasta mostrar su sexo. En la actualidad, el mercado europeo de semillas de cannabis está compuesto por más de un 90% de cultivadores que emplean semillas feminizadas.

Ventajas

• No requieren de sexado, no hay que preocuparse por observar las plantas en la etapa de prefloración para ver si son machos o hembras.
• El tamaño es más moldeable, ya que el periodo vegetativo está ligado al fotoperiodo: cuanto más tiempo inviertas en este periodo, más tamaño.
• Más producción y calidad: los cogollos también suelen alcanzar niveles superiores en cuanto a sabor y perfil de terpenos.

Inconvenientes

• Requieren de mayor experiencia, sobre todo para poder sembrar en el momento adecuado y evitar futuros problemas en la cosecha.
• No permiten producir semillas naturalmente, al no desarrollar plantas machos.
• Falta de estabilidad. Los procesos de feminización de baja calidad pueden producir plantas hermafroditas. Por eso, elige siempre bancos de semillas de reputación contrastada como Kannabia.

Semillas autoflorecientes

Estas semillas especiales proceden de áreas de Europa que experimentan largos inviernos (como Rusia) y producen lo que se conoce como la especie Cannabis ruderalis. Dado que estas regiones tienen primaveras y veranos muy cortos, las plantas se adaptaron para sobrevivir en el entorno hostil y no dependen de los requisitos de luz para florecer. Esta capacidad de florecer sin ciclo de luz, solo en función de su madurez, es lo que les valió el apodo de semillas autoflorecientes, siendo perfectas para lugares donde la temporada de crecimiento es corta o para cultivos de interior.

Las variedades de cannabis autoflorecientes generalmente rinden menos que las regulares o feminizadas; y el contenido de THC también suele ser más bajo. Sin embargo, el contenido de CBD en las cepas autoflorecientes es bastante alto, lo que las convierte en una opción perfecta para usuarios medicinales. Los criadores suelen mezclar la genética del Cannabis ruderalis con cepas índica y sativa más potentes, lo que da como resultado una planta autofloreciente fácil de cultivar, con un nivel de THC y CBD más alto de lo habitual.

Ventajas

• Las plantas son pequeñas y compactas. Y, por tanto, más discretas, lo que hace que sean adecuadas para cultivar en espacios reducidos.
• Son más resistentes. Si no eres muy exigente con el mantenimiento de las condiciones ideales de cultivo, son más tolerantes.
• Necesitan menos nutrientes. Al ser más pequeñas y más rápidas, pueden arreglárselas con un régimen alimenticio más reducido.

Inconvenientes

• Rendimientos más bajos. Si bien su reducido tamaño tiene beneficios, también ofrecen menos cosecha por cada planta.
• Vulnerable a los errores. Su rapidez es un arma de doble filo: un error se paga muy caro, ya que la planta no tiene suficiente tiempo para recuperarse.
• No sirven para hacer esquejes. Dado que no dependerían de la luz y tendrían la misma edad que su madre, los esquejes tendrían menos tiempo para crecer.

¿Por qué debería elegir un tipo de semilla sobre otro?

Si estás buscando probar todos los aspectos del cultivo y quieres experimentar sobre la verdadera genética del cannabis (con sus machos y sus hembras), podrías empezar por semillas regulares. Sin embargo, se necesitan de 3 a 4 semanas para determinar el género de las plántulas. Si la idea de tener que clasificar las plántulas para determinar cuáles son machos y hembras es desalentadora, entonces definitivamente la mejor opción son las semillas de cannabis feminizadas.

Tanto las semillas regulares como las feminizadas son variedades fotoperiódicas de cannabis, lo que significa que florecen cuando su exposición a la luz disminuye. Esto sucede a fines del verano o se activa artificialmente con el uso de luces de crecimiento. Si desencadenar artificialmente la floración de tus plantas te parece abrumador, las semillas de cannabis autoflorecientes son una excelente opción, ya que florecen automáticamente después de 3 o 4 semanas. Esto las convierte en una opción muy popular para los cultivadores primerizos.

Los tres tipos de semillas de cannabis vienen en forma de muchas variedades, desde índica dominante o sativa dominante a híbridas. Si estás interesado en los beneficios terapéuticos del CBD y no quieres experimentar ninguno de los efectos del THC, entonces debes buscar semillas de CBD. Puedes encontrar cepas enfocadas en CBD y en otros cannabinoides minoritarios, tanto en plantas autoflorecientes como fotoperiódicas, en nuestra sección de semillas de cannabinoides.

¿Cómo germinar las semillas de marihuana?

Una vez tienes tu semilla, llega el momento de la verdad. La germinación es el proceso de comenzar el crecimiento vegetativo de la nueva planta de cannabis y se produce cuando la semilla se expone al agua y la luz. La semilla abandona su estado de latencia y reanuda los procesos metabólicos esenciales que se alimentan de las reservas de energía para romper delicadamente la cáscara y hacer crecer su primera raíz.

Esta raíz se alargará hasta que se haya apoderado del sustrato, después de lo cual extraerá dos pequeñas hojas embrionarias (cotiledones) de la cáscara de la semilla. Los cotiledones están en la semilla antes de la germinación y no se consideran hojas “verdaderas”.

Los cotiledones crecerán hasta que tengan alrededor de un centímetro de largo, y una vez que el tallo debajo de estos tenga alrededor de cinco centímetros de alto, crecerán otras hojas verdaderas en la parte superior y el tallo entre las hojas verdaderas y los cotiledones continuará alargándose.

Para asegurar la germinación, se pueden tomar varios pasos. Un método común requiere una toalla de papel húmeda colocada en un recipiente de plástico. Una vez que aparece la primera raíz, la plántula debe transferirse con cuidado a un poco de tierra antes de que la raíz se adhiera a la toalla de papel. En el siguiente video te explicamos cómo hacerlo perfectamente:

Las semillas de cannabis también se pueden germinar en un taco de turba prensada (los famosos Jiffys). Planta la semilla solo justo debajo de la superficie. Una vez que la plántula se haya afianzado en el Jiffy, transfiérelo directamente a una maceta; las raíces crecerán a través de la tela suave que recubre la turba.

Cualquiera que sea el método utilizado, es necesario mantener la temperatura entre 21 y 32 ºC, idealmente a 26 ºC, manteniendo las plántulas cubiertas para retener la humedad, que debe estar entre el 75% y el 90%. Las plántulas y los esquejes jóvenes requieren una radiación fotosintéticamente activa que tiene una mayor ponderación en el espectro de luz azul: una lámpara de escritorio fluorescente común será suficiente hasta que tengan unos 13 centímetros de alto.

¿Cómo conservar las semillas de cannabis?

Como regla general, para mantener tus semillas viables el mayor tiempo posible, lo más importante a evitar son las fluctuaciones en las condiciones ambientales. La humedad y la luz son el principal enemigo del almacenamiento de semillas. Así, se guardan mejor en un lugar fresco, seco y oscuro, como puede ser una nevera o frigorífico. También puedes almacenar tus semillas en una habitación normal: un paquete de semillas guardado en un recipiente hermético en un cajón o un armario situado en un lugar oscuro. Más allá de eso, las semillas pueden permanecer viables hasta por dos años cuando se almacenan incluso en las condiciones más aleatorias.

¿Cuál es el mejor tipo de semilla de cannabis que puedo comprar?

¿Todavía te preguntas cuál de los tres tipos de semillas de cannabis es mejor para ti? Pues depende totalmente de cuáles sean tus necesidades, recursos y objetivos, así como de si quieres cultivar en interior o exterior. Si tienes inquietud en conocer todo el proceso biológico de la planta, puedes probar con semillas regulares. Si clasificar las plantas por género es demasiado compromiso para ti, invierte en semillas feminizadas, que son las más utilizadas. Y si quieres plantas que florezcan automáticamente y se cultiven de la manera más sencilla, entonces las semillas autoflorecientes son, sin duda, tu mejor elección.